Los datos recientemente publicados por el INDEC dejaron asombrado al mercado. Si bien el REM estimaba una desaceleración con respecto a mayo, el recorte fue aún mayor, y en junio los precios crecieron 6% favorecidos por precios estacionales que hicieron las veces de ancla. Así, en la primera mitad de 2023 el costo de vida se incrementó 50,7% y en términos interanuales subió a 115,6%.
Se trata del segundo mes consecutivo de desaceleración inflacionaria. No obstante, somos escépticos acerca de la sostenibilidad de la dinámica en cuestión. Desde la macroeconomía no hay fundamentos que la avalen: en lo que va del 2023 se emitieron 2,2% del PIB para financiar al fisco. Además, la delicada situación de las reservas, junto a las rispideces en la negociación con el Fondo y la incertidumbre preelectoral prometerán agregar dosis de volatilidad en la demanda de dinero.
Debido a la sorpresa del mes pasado, esta vez los plazos fijos obtuvieron retornos curiosamente altos en términos reales. No obstante, el poder de compra resultante de la alternativa de ahorro “clásica” en moneda local acumula un derrotero de 4,7% en lo que va del año. En este contexto, señalamos que la tasa real negativa está lejos de ser una constante en la región, más bien todo lo contrario. En buena parte de los países vecinos, la política monetaria contractiva jugó un rol fundamental para permitir la desinflación de sus economías y producir ganancias para los ahorristas.
Mientras que el cierre de listas para los precandidatos de agosto aún podría dar alguna sorpresa, los últimos desarrollos políticos hablan de una erosión del esquema de los “tres tercios”. Los resultados de las elecciones provinciales hasta el momento dejaron parcialmente buenas sensaciones para Juntos por el Cambio, mientras que los candidatos de Milei, por […]Mientras que el cierre de listas para los precandidatos de agosto aún podría dar alguna sorpresa, los últimos desarrollos políticos hablan de una erosión del esquema de los “tres tercios”. Los resultados de las elecciones provinciales hasta el momento dejaron parcialmente buenas sensaciones para Juntos por el Cambio, mientras que los candidatos de Milei, por el momento, no estuvieron a la altura. Asimismo, el promedio de encuestas también muestra matices favorables para el espacio de Bullrich y Larreta.
La bolsa rápidamente reaccionó a este cóctel de novedades. En lo que va del mes, las acciones escalaron 16% en dólares, mientras que los bonos soberanos treparon entre 15% y 20%. El resultado favorable de los títulos de deuda se explica en gran medida por la performance de la última semana: los Bonares mejoraron en promedio 8,7%, destacándose el AL30 que se revalorizó 12% en moneda dura.
En temporada alta de “trade electoral” encontramos que las acciones acumularon en el año una ganancia de 39,5% en dólares, una cifra que deposita a 2023 como en el top 3 de performances en años con comicios. El S&P Merval se acerca al promedio histórico a precios constantes. Y todo el mercado se pregunta: ¿las acciones están caras o siguen baratas?
La entidad monetaria acumula una serie de desequilibrios que ya no resulta novedosa. Sin embargo, la profundización de los desbalances llevó a que actualmente el grado de deterioro patrimonial alcance un umbral no visto desde la previa a la crisis de las Lebac de 2018. Sin ser exhaustivos, identificamos varias señales de esta vulnerabilidad entre […]La entidad monetaria acumula una serie de desequilibrios que ya no resulta novedosa. Sin embargo, la profundización de los desbalances llevó a que actualmente el grado de deterioro patrimonial alcance un umbral no visto desde la previa a la crisis de las Lebac de 2018.
Sin ser exhaustivos, identificamos varias señales de esta vulnerabilidad entre la cantidad de dólares y el stock de pesos: 1) el activo más valioso (las reservas netas) ya se encuentra en terreno negativo; 2) sin financiamiento externo, la erosionada efectividad de los tipos de cambio diferenciales inhibe la posibilidad de acumular divisas; 3) sin demanda de pesos, el Banco Central no encuentra más remedio que aumentar la esterilización monetaria y, como resultado, los intereses cuasifiscales ya representan el principal factor de emisión; y 4) el stock de Leliq y pases araña récords de los años 80.
En la última semana se vivió un frenetismo que nos tenía algo desacostumbrados. El dólar finalmente se despertó y encendió varias alarmas puertas adentro del Gobierno. Si bien es cierto que la misma aceleración de la inflación requiere que la cotización suba $ 30 por mes para no atrasarse, la disparada reciente desnudó una situación […]En la última semana se vivió un frenetismo que nos tenía algo desacostumbrados. El dólar finalmente se despertó y encendió varias alarmas puertas adentro del Gobierno. Si bien es cierto que la misma aceleración de la inflación requiere que la cotización suba $ 30 por mes para no atrasarse, la disparada reciente desnudó una situación gravísima: Argentina no tiene dólares.
De hecho, el desplome del peso es solo uno de los indicios de la anemia de divisas. El delicado cuadro del Banco Central en materia de acumulación y el poco éxito del nuevo “dólar agro”, junto a los primeros efectos de la sequía, son otros síntomas de la enfermedad. En este contexto, no solo reaccionaron el CCL y el MEP, sino que también el resto de los activos financieros fueron parte de este sentiment.
En medio de esta cuestión, y luego de la sorpresa inflacionaria de marzo, el Banco Central decidió subir la tasa de interés de referencia en 300 puntos básicos. A pesar de este ajuste, el premio de los pesos sigue siendo negativo en términos reales. A la baja efectividad para combatir la inflación, se le suma la erosión del poder de fuego para domar al dólar solo con la tasa. Es que el precio más importante de la economía responde no solo a la evolución de variables macro sino también a las tensiones políticas de la Casa Rosada que afectaron aún más los bajos niveles de confianza.
El mercado esperaba una marcada aceleración en los precios. Pero el guionista que escribe la historia de la coyuntura argentina fue aún más cruel: en marzo el costo de vida ascendió 7,7%, marcando así el mayor guarismo desde la salida de la convertibilidad. Con este resultado, la medición interanual ascendió a 104,3%, y en los […]El mercado esperaba una marcada aceleración en los precios. Pero el guionista que escribe la historia de la coyuntura argentina fue aún más cruel: en marzo el costo de vida ascendió 7,7%, marcando así el mayor guarismo desde la salida de la convertibilidad. Con este resultado, la medición interanual ascendió a 104,3%, y en los primeros tres meses el IPC se encareció 21,7%.
Las expectativas se encuentran completamente desancladas y la nominalidad esperada es aún mayor. Con la nueva edición del “dólar agro”, dependiendo de su éxito, deberíamos esperar una emisión cercana a $ 1,6 billones, lo que implica una expansión de la base monetaria cercana al 30%. Por otro lado, el FMI pide acelerar el crawling peg, lo que se convierte en un factor de inflación endógeno.
A su vez, el Fondo exige tasas de interés positivas, y probablemente el Banco Central tome cartas en el asunto. Sin embargo, dada la situación actual, somos escépticos frente a la capacidad de contener el aumento de precios exclusivamente con política monetaria. En el mejor de los casos, esto abre alguna ventana temporal para estrategias de carry trade. En esta línea, analizamos como le fue a este tipo de estrategias antes y después de las ediciones previas del “dólar soja”.
Argentina pasó de un récord a otro en prácticamente un parpadeo. El primer trimestre del año pasado había marcado un máximo en términos de liquidación. La mejora de los precios de commodities por la guerra en Ucrania junto con la “zanahoria” de los tipos de cambio diferenciales en septiembre y diciembre pasados terminaron de configurar […]Argentina pasó de un récord a otro en prácticamente un parpadeo. El primer trimestre del año pasado había marcado un máximo en términos de liquidación. La mejora de los precios de commodities por la guerra en Ucrania junto con la “zanahoria” de los tipos de cambio diferenciales en septiembre y diciembre pasados terminaron de configurar un pletórico e inolvidable 2022 con liquidaciones totales por USD 40.400 millones.
Pero los incentivos trastocados detrás de la brecha cambiaria, el adelantamiento de ventas derivado del “dólar soja” y las primeras esquirlas de la sequía conspiraron para producir un giro de 180 grados: el primer trimestre de 2023 fue el peor en términos de liquidación de divisas del agro desde que se tiene registro. Frente a esto, no fue sorpresa que el BCRA haya padecido el peor arranque de año en el MULC de las últimas dos décadas.
La situación externa está lejos de ser sostenible. No solo que el Banco Central ya acumula 19 ruedas seguidas de ventas netas, sino que durante ese período se desprendió de USD 1.875 millones, es decir, un promedio de casi USD 100 diarios. Como resultado de esto, el anuncio de un nuevo “dólar soja”, esta vez […]La situación externa está lejos de ser sostenible. No solo que el Banco Central ya acumula 19 ruedas seguidas de ventas netas, sino que durante ese período se desprendió de USD 1.875 millones, es decir, un promedio de casi USD 100 diarios. Como resultado de esto, el anuncio de un nuevo “dólar soja”, esta vez en la versión ampliada de “dólar agro”, es inminente.
En tanto, los rumores de una pesificación de depósitos de entidades públicas, en medio de una situación crítica en las reservas netas, desencadenaron la mayor salida de depósitos en dólares desde la crisis de julio de 2022. Sin embargo, desde nuestra óptica el sistema bancario es sano: entre encajes y efectivo en dólares superan el 100% de los depósitos privados.
Donde sí el sistema bancario muestra sus flaquezas es por el lado de sus activos. Hoy la exposición de las entidades al sector público (Tesoro más BCRA) se encuentra en máximos desde la salida de la crisis de 2001. Este contexto impone mayores costos a la hora de plantear una eventual salida del cepo.
En febrero, por segundo mes consecutivo, las cuentas del Tesoro dieron mal y prácticamente ya se consumió toda la meta trimestral pactada con el FMI en materia fiscal. Existió cierto ajuste en el gasto, que se dio en gran medida gracias a una mayor licuación. Pero la caída en la recaudación fue superior y profundizó […]En febrero, por segundo mes consecutivo, las cuentas del Tesoro dieron mal y prácticamente ya se consumió toda la meta trimestral pactada con el FMI en materia fiscal. Existió cierto ajuste en el gasto, que se dio en gran medida gracias a una mayor licuación. Pero la caída en la recaudación fue superior y profundizó el rojo fiscal. Esta dinámica se correspondió en mayor medida al fenómeno externo. No solo vimos la resaca del “dólar soja”, sino que también la sequía comienza a mostrar sus primeros efectos, comprometiendo tanto a Hacienda como a las reservas netas.
En este contexto, entre rumores y confirmaciones tardías, se dio a conocer una nueva medida vía DNU. Se les obliga a las entidades públicas a canjear deuda en dólares Ley New York (Globales) y a vender bonos en dólares Ley Local (Bonares). A cambio, se quedarán con títulos en moneda local. Con esto, el Gobierno podría cerrar el programa financiero sin pasar directamente por la ventanilla del Banco Central. Y, de paso, intentar calmar las cotizaciones financieras del dólar.
En Argentina, la inflación en febrero sorprendió para mal, marcando 6,6% mensual. En consecuencia, la medición interanual fue 102,5%, algo que no sucedía desde octubre de 1991. Al haber superado el techo de los tres dígitos, nuestro país entró un “selecto” grupo compuesto también por Venezuela y Líbano. Los precios vienen acelerándose por cuarto mes […]En Argentina, la inflación en febrero sorprendió para mal, marcando 6,6% mensual. En consecuencia, la medición interanual fue 102,5%, algo que no sucedía desde octubre de 1991. Al haber superado el techo de los tres dígitos, nuestro país entró un “selecto” grupo compuesto también por Venezuela y Líbano.
Los precios vienen acelerándose por cuarto mes consecutivo, y los datos de alta frecuencia de marzo sugieren que dicha tendencia no se revertirá. Frente a esto, y alineado al compromiso pactado con el FMI, el Banco Central decidió subir la tasa de interés de política monetaria en 300 puntos básicos, ubicándola así en 78% (TNA) o 113% (TEA).
Mientras que en el plano local se endurece la política monetaria, los eventos financieros de las últimas jornadas pusieron en jaque a la postura hawkish de la Reserva Federal. De hecho, el mercado se plantea la posibilidad de que el pivot hacia una postura más laxa esté más cerca de lo que se pensaba. Si bien Argentina se encuentra en un estado prácticamente de autarquía, un relajamiento de la política monetaria de la Fed podría ser beneficioso a mediano plazo, una vez que la tempestad y la volatilidad hayan pasado.
En febrero se observaron dos universos distintos en materia de inversiones locales. En el Mundo Pesos, las conversaciones entre los bancos con todo el arco político colaboraron para despertar el apetito por instrumentos con vencimiento a 2024. Así, algunos bonos lograron escalar hasta 15% en moneda dura. Por otro lado, la mayor aversión al riesgo […]En febrero se observaron dos universos distintos en materia de inversiones locales. En el Mundo Pesos, las conversaciones entre los bancos con todo el arco político colaboraron para despertar el apetito por instrumentos con vencimiento a 2024. Así, algunos bonos lograron escalar hasta 15% en moneda dura.
Por otro lado, la mayor aversión al riesgo a nivel global repercutió sobre los activos en dólares. Bonos y acciones retrocedieron casi 10% en el mes. La recompra de deuda prácticamente no tuvo efecto alguno en mejorar la paridad de los títulos soberanos, y los Globales se movieron junto al resto de los emergentes, pero con mayores dosis de volatilidad.
En cambio, la recompra de deuda habría tenido un efecto directo en contener la brecha. Esto dejó interesantes retornos en dólares incluso en alternativas que no lograron ganarle a la inflación. Sin embargo, cualquier llamado de atención del FMI a la intervención sobre los dólares financieros y las primeras rotaciones de cartera preelectorales podrían sacar a la brecha de su letargo y limpiar rápidamente cualquier ganancia de carry trade.