Maximizar los retornos implica tener cierto conocimiento de lo que hay que hacer con el dinero y de lo que hay que evitar. A continuación, los errores más frecuentes a la hora de realizar inversiones financieras:
Maximizar los retornos implica tener cierto conocimiento de lo que hay que hacer con el dinero y de lo que hay que evitar. A continuación, los errores más frecuentes a la hora de realizar inversiones financieras:
Tratar de construir una cartera sin un objetivo claro es como levantar una casa sin los planos. Entonces:
Paso 1. Antes de empezar a colocar dinero en acciones, bonos o en otras inversiones, tomate el tiempo necesario para saber a dónde querés llegar. Considerá cuáles son tus metas y objetivos generales. Por ejemplo, ¿querés ahorrar para tu jubilación, financiar la compra de un auto o incrementar tu patrimonio? Cuanto más específico seas, mejor.
Paso 2. Evaluá el nivel de riesgo con el que te sentís más cómodo; una persona que planea jubilarse en menos de 5 años puede preferir una cartera más conservadora que alguien de 30 años.
Paso 3. Pensá en qué tipo de activos querés invertir y cuáles son los que te van a ayudar a alcanzar tu objetivo. Mirá con mucha atención cuánta diversidad hay dentro de cada grupo de activos (acciones, bonos, etc.) para asegurarte un buen balance dentro de tu cartera.
Por último, poné tu plan por escrito. Esto te permitirá evaluarlo en función de los objetivos. Sin una estrategia de inversión clara, estás manejando a oscuras. Si planeás con anticipación, tus probabilidades de éxito son mayores.
Decidir a partir de las emociones puede resultar en un desastre y esto es especialmente cierto cuando se trata de las finanzas personales. Realizar una inversión solamente porque uno tiene un presentimiento, sin una investigación previa, puede dejarte con las manos vacías. Cuando te estás debatiendo si invertir o no en un activo, mirá primero el cuadro general y hacé los números para ver si tu instinto está en el camino correcto.
También deberías evitar que tus emociones dicten si vender o no una inversión que ha resultado un fracaso. Ante una inversión que no para de perder dinero, podés tener la tentación de aferrarte a esa posición con la esperanza de que se dé vuelta. No vender para evitar sentirte mal con vos mismo en el caso de una decisión incorrecta puede ser muy perjudicial en el largo plazo.
Lo que funciona para un inversor no necesariamente funciona para otro, por eso, deberías tener mucho cuidado con escuchar al resto. Los blogs y newsletters financieros, por ejemplo, dan consejos para una audiencia grande, pero tené presente que esas recomendaciones pueden ser incompatibles con tu estrategia de inversión. Ocurre lo mismo en el caso de las sugerencias financieras de familiares y amigos. El objetivo y la estrategia de inversión son personales.
No importa la cantidad de dinero que estés invirtiendo, siempre vas a querer que tus inversiones tengan un buen rendimiento y generen la mayor rentabilidad posible. Para eso, desarrollá una estrategia de largo plazo y respetala. Si estás cambiando constantemente tus posiciones para lograr mayor rendimiento, no le estás dando a tus inversiones la oportunidad de mostrar lo que pueden hacer. Lo mismo puede decirse si solo estas comprando inversiones basándote en el rendimiento reciente. Que algo haya funcionado bien en los últimos años no significa que lo siga haciendo.
Gran parte de tener éxito como inversionista está en utilizar el sentido común. Identificar un posible error es crucial para que tu estrategia de inversión tenga los resultados que esperás.